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martes, 17 de abril de 2012

Asunción necesita de reglas claras para edificios de altura



La creciente demanda de construcción de edificios en Asunción requiere respuestas que armonicen los intereses de los vecinos con los de las empresas constructoras, en el contexto de claras normas establecidas por la Municipalidad en salvaguarda del beneficio comunitario. Es necesario, por lo tanto, que las determinaciones adoptadas según esos criterios sean permanentes y no cambien al ritmo de la coyuntura en la Junta Municipal. Los objetivos tienen que ser la previsibilidad y la seguridad para todas las partes interesadas. 

Edificio Martinica, recién terminado sobre Av. Santa Teresa

El decano de la Facultad de Arquitectura, Ricardo Meyer -en una entrevista publicada ayer por este diario-, dijo que la ciudad es la proyección de una sociedad. Y que, desde esa perspectiva, Asunción refleja "el desorden y la desigualdad" reinantes.

El caos de las calles -en el tráfico de vehículos y las vías de circulación a través de arterias llenas de baches o de desniveles creados por intervenciones en el pavimento-, las veredas rotas, las construcciones desordenadas, el pésimo servicio de transporte público, los ruidos molestos, la ausencia de desagües cloacal y pluvial así como otros aspectos negativos materializan el perfil dibujado por aquella autoridad académica.

Sin planificación y sin la presencia protagónica de las autoridades municipales -el intendente y los concejales- para hacer cumplir las ordenanzas aprobadas, Asunción ofrece la imagen de la desidia y la irresponsabilidad que se expresan en los problemas irresueltos y en los que se generan a partir de los mismos.

Ahora está en estudio en la Junta Municipal un proyecto de ordenanza para modificar en algunos lugares lo que establece el Plan Regulador en cuanto a altura de edificios. El debate se centra en si se establecerán como límite cinco pisos o si se seguirá permitiendo que sea mayor.

Los vecinos de la avenida Molas López -cuyo dominio va desde Aviadores del Chaco hasta Artigas- plantean que sobrepasar los cinco pisos para edificios de departamentos traerá aparejado un colapso ambiental y de servicios básicos en la zona.

Los constructores, en tanto -ya con algunos proyectos que están en marcha y que han sido aprobados de acuerdo a las normativas vigentes- sostienen que no se puede detener el progreso que trae inversiones y que los edificios, al concentrar a un gran número de personas, permitirán reducir sensiblemente los gastos que demandan las viviendas horizontales o de escasa capacidad para albergar a pobladores.

Esa contraposición de puntos de vista se extiende también para las avenidas Santa Teresa, Boggiani y Santísima Trinidad. Llamativamente, los que habitan sobre Primer Presidente ya han obtenido la venia municipal para que las edificaciones no excedan los cinco pisos.

En una ciudad que se expande con la lógica propia del avance es necesario tener criterios bien definidos que sirvan de reglas de juego permanentes para vecinos, inversionistas y autoridades municipales. Si las presiones son las que marcan el rumbo de las ordenanzas, el caos irá en progresión geométrica.

Urge, por lo tanto, que la Municipalidad de Asunción determine de una buena vez un proyecto sustentable de ciudad a partir de los cambios que se observan, las dificultades que se detectan y las previsiones de corto, mediano y largo plazos.

La capital del Paraguay ya no puede ser tratada como una aldea con vida a la deriva. Para ello es necesario que sus autoridades abandonen sus concepciones arcaicas y se lancen de lleno a trabajar por una ciudad que permita a la gente vivir en un clima de bienestar, sin incertidumbres.


Carmelitas Park Tower de 25 pisos. Aparentemente ya no se construirá sobre Av. Molas López a raíz del conflicto con los vecinos

 

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